sábado, 22 de mayo de 2010

Cada cultura produce una mamá diferente




Las madres esquimales, por ejemplo suelen preparar un lugar tranquilo en sus casas para parir, lo hacen en posición de cuclillas colgadas por las manos del techo.

Lo más asombroso es que las mujeres de algunas tribus esquimales se comen la placenta.

Comerse la placenta, puede ser muy beneficioso para la mujer que acaba de dar a luz, ya que ésta es muy rica en estrógenos y progesterona, además reduce las posibilidades de sufrir una hemorragia posparto, pues el estrógeno sensibiliza al músculo uterino para que se contraiga bajo los efectos de la oxitocina. Al contraerse, se evita la pérdida de sangre en la superficie cruenta que dejó la placenta al desprenderse, además, también es rica en vitamina K un poderoso antihemorrágico.

Actualmente se utiliza la placenta para fines cosméticos, aunque si nos fijamos en el resto de los mamíferos, todos ellos se la comen después del parto, es un comportamiento que está contemplado en su código genético. Entonces, ¿tienen las mujeres ese gen que contempla la placentofagia?, parece ser que sí, se trata de un gen que se localiza en el cromosoma 7q32.

Todos los animales se comen su placenta tras el parto, la placenta es una fuente de sustancias nutritivas como hemos dicho antes, su ingesta beneficia una mejor lactancia y una mayor rapidez en la cicatrización de las heridas producidas por el parto. Todos los nutrientes que contiene la placenta son igualmente beneficiosos para la madre como para el bebé y las hormonas que contiene sirven para compensar el déficit hormonal de la madre tras el parto.

Según algunos estudios antropológos, las mujeres realizaban la placentofagia de un modo natural, como es dar de mamar a sus hijos, pero la evolución de la cultura ha propiciado que esta práctica sea un tabú, aunque actualmente hay personas que realizan la placentofagia respetando los mecanismos de la naturaleza.

Por ahora no hay estudios científicos de rigor que avalen los beneficios de la placentofagia.
Sin embargo no debemos considerar inadecuadas y mucho menos salvajes estas prácticas, ya que han demostrado ser efectivas, al menos eso sostienen los antropólogos que han estudiado a los esquimales, indicando que no se registran tasas de mortalidad elevadas en los partos.

Otra particularidad de la cultura esquimal, es que los niños son muy deseados y se transforman en el centro de la familia. La mamá lo lleva siempre consigo en una especie de capucha confeccionada en su “Parka” y suelen amamantar a sus hijos hasta los 3 años.
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Comparto con ustedes este pequeño articulo a raíz de un video promocional de no más de diez segundos de NATGEO que anda dando vueltas por internet y redes sociales respecto a su programa TABU y para el cual se he escogido el tema de la placentofagia. Me pareció muy poco serio el acercamiento que hacen para introducirlo a los lectores/seguidores ya que la mayoría habiendo visto las imagenes solamente supieron exclamar "que asco!!!!!!" sin ningun antecedente educativo ni información concreta. Yo creo que la idea de promover de esta manera es contraproducente, pues seguramente la mayoría no verá el programa. Por lo mismo les comparto esta nota para empezar a indagar de manera sensible y no cruda el tema de la placentofagia que, como verán al terminar de leer, es parte de nuestra naturaleza y que es una opción de muchas madres por lo que debemos respetarlo. Es importante mencionar también que la hemorragia postparto es la causa principal de muertes maternas en el mundo. Un dato no menor y que hace que la placentofagia tenga mayor sentido. Saludos!

viernes, 21 de mayo de 2010


Colecho o cama familiar

Como colecho se entiende dormir con tus hijos. Se puede hacer desde dormir en la misma cama, como tener una cuna especialmente diseñada para ir adosada a la cama familiar, o bien usar una cuna convencional sin uno de los lados y adosarla a la cama donde duermen los padres. Muchas veces, en lugar de una cuna se pone otra cama individual adosada a la cama mayor.

Las ventajas del colecho son muchas y variadas. Pero el problema es que en casi cualquier libro o artículo sobre el tema de sueño infantil, se desaconseja que los niños duerman con sus padres. ¿ Porqué ? Una de las causas es el peligro de ahogar o aplastarles mientras se está dormido. El peligro no es ninguna nimiedad, pero de la misma manera que difícilmente caemos de la cama, es poco probable que acabemos encima de nuestro hijo. Hasta los más acérrimos defensores del colecho desaconsejan practicarlo cuando se está muy cansado, se ha tomado drogas (fumar incluido) o bebido alcohol, o se está muy obeso. Simplemente, son factores de riesgo que aumentan la posibilidad de tal peligro, pero fuera de esos casos, no hay mayor alarma que la de poder caer de la cama mientras dormimos. De hecho, es mucho más peligroso dormirse en un sofá con el bebé en el regazo que compartir cama con él. Se tiene que tener cuidado de que el bebé no pueda quedar atrapado entre la pared y el colchón o entre dos colchones. Dos detalles más : cuando el bebé es muy pequeño, la madre tiene una especial conexión con él, pero el padre suele tardar algunos meses en darse cuenta de su pequeña presencia, así que se recomienda que el bebé no se sitúe entre la madre y el padre sino entre la madre y el final de la cama. Además, están contraindicadas camas de agua o superficies muy mullidas, así como almohadas que pudieran sofocar al bebé.

Aún y así, ¿ porqué esta popular creencia de que dormir con los bebés es malo ? Desde más allá incluso de la Edad Media, en muchos casos nacían más hijos de los que se podía alimentar. Entonces, ocurría que "por accidente", empezaron a morir muchos lactantes "fortuitamente" aplastados por sus progenitores. La Iglesia tomó cartas en el asunto y prohibieron que los hijos durmieran con sus padres para evitar más infanticidios por este método.

La raza humana, durante toda nuestra historia desde que éramos unos primates que vivíamos en cuevas, ha practicado el colecho. Es solamente en los últimos 150 años, con la llegada de casas con varias habitaciones, que se separa a los bebés para que duerman lejos de sus padres. Durante cientos de años, las madres amamantaban a sus bebés durante la noche, casi sin despertarse. Los bebés recibían protección, afirmación emocional, "lecciones de como respirar", calor y leche materna. Si el bebé tiene alguna dificultad, si vomita, o tiene frío, los padres están a su lado para socorrerle. De hecho, si la temperatura corporal del bebé sube demasiado, la de la madre baja para compensarlo. La proximidad con su madre estimula la lactancia materna. Los niños que duermen con sus padres amamantan más a menudo que los que duermen en otra habitación (casi el doble y durante casi 3 veces más tiempo). Esto hace que tengan un ritmo de sueño distinto. Su fase profunda de sueño es mucho menor, con lo que el riesgo de la muerte súbita (que se supone ocurre en esta fase) es más bajo. Además, el desarrollo neuronal ocurre en su máximo esplendor en la fase de sueño menos profunda, con lo que al practicar colecho, no sólo se le da más leche materna, que es ideal para su protección fisiológica, sino que se está potenciando su desarrollo mental.

En países como en Japón, donde el colecho es la norma, el índice de muerte súbita del lactante es uno de los más bajos del mundo.

Los niños que duermen al lado de su madre lloran mucho menos frecuentemente y están menos tiempo despiertos. La madre, muchas veces, se da cuenta de las necesidades de su bebé pocos segundos antes de que él las solicite, con lo que se evitan muchos lloros. La comodidad de no tener que levantarse de la cama, sobre todo en época de frío, hace que la madre y el bebé normalmente vuelvan a dormirse casi enseguida. De hecho, muchas veces la madre no sabe exactamente cuantas veces se ha despertado, porque en realidad ¡ no se ha llegado a despertar del todo !

Fuente: Crianza Natural

martes, 18 de mayo de 2010

Semana Mundial por un Parto Respetado 2010

La Semana Mundial del Parto Respetado es una iniciativa de AFAR (Alliance Francophone pour l’Accouchement Respecté), una organización no lucrativa fundada en mayo del 2003, y cada año se centra en un tema diferente, como la episiotomía (2004), las posiciones para parir (2005), el tiempo para nacer (2006), el entorno amoroso durante el parto (2007) y la inutilidad de la separación del bebe de su madre o padre (2008).

La Semana Mundial por un Parto Respetado 2010 tendrá lugar del 16 al 23 de mayo bajo el lema “Nacimiento Traumático, como evitarlo. Nacimiento Placentero, como lograrlo” y es una gran oportunidad para profundizar sobre los nacimientos, parte de la sexualidad femenina y una etapa trascendente en la vida del bebé, que en la actualidad están medicalizados en exceso incumpliendo las pautas de la OMS y sobre los que aun existe mucha desinformación, prejuicios y protocolos obsoletos y anti-científicos.

Cada país y cada organización celebrará esta semana con jornadas diferentes, pero todas encaminadas a divulgar los fundamentos de un parto respetado, humanizado y por supuesto SEGURO, porque coincidiendo con estas fechas se ha publicado la lista de los peores y mejores países para ser madre según diferentes indices, incluidos la mortalidad en partos, y hay que aclarar con rotundidad que los partos más naturales controlados no tienen nada que ver con los graves riesgos de partos DESATENDIDOS que lamentablemente ocurren en países con sistemas sanitarios e higiénicos deficientes, entre muchas más carencias.

El lema de este año de la Semana Mundial por un Parto Respetado 2010, “Nacimiento Traumático, como evitarlo. Nacimiento Placentero, como lograrlo”, es realmente ambicioso porque pretende desmitificar la imagen de terror que existe socialmente sobre el parto (potenciado por Hollywood y su simplismo y desconocimiento) y mostrar que PARTO Y PLACER ES POSIBLE. Y así es y esto irá en aumento a medida que las mujeres informadas y conscientes recuperen su PODER

Mammalia: Centro de Apoyo a la Mujer en la Gestación, el Parto, el Nacimiento y Amamantamiento te ofrece la información, apoyo y acompañamiento para que tú, tus amigas, hermanas, sobrinas, madres, primas etc se informen y se preparen para su experiencia de parto.

Reuniones todos los jueves 10:30 Parque El Litre, Valparaiso
32-2-111850 y 7-9389517
mammmalia974@gmail.com

domingo, 16 de mayo de 2010

Preparación para la lactancia, ¿es necesaria?



Raros son los manuales de puericultura, los artículos de revistas, los sitios de internet que al hablar sobre maternidad y lactancia no hablen de “preparación”, cualquiera que sea: masajes, estiramientos, frotes, cremas, aparatos, etc. Frente a tal profusión de consejos, surge la pregunta: ¿es necesario o útil, prepararse para la lactancia, y más particularmente, preparar los senos?

La forma de los senos que amamantan

Hasta donde sabemos, ninguna hembra mamífera prepara sus pezones para alimentar a sus crías. Si la mujeres se creen obligadas a hacerlo, y eso no es reciente, es porque en la especie humana, la lactancia no es solo “natural”, sino “cultural”. Y cada cultura posee su propia percepción, especialmente en lo que se refiere a los senos lactantes.

En numerosas regiones de Africa, por ejemplo, los senos de una madre lactante deben ser largos y pendientes, muy diferentes de aquellos de las mujeres jóvenes. Por tal motivo, ciertas manipulaciones (vendajes apretados, aplastar los senos, entre otras) son practicadas desde el primer embarazo con el fin de quebrar las fibras mamarias.

En occidente, al contrario, los senos deben permanecer firmes y altos, sin importar las circunstancias. De ahí, los sostenes, las cremas reafirmantes, las pomadas anti estrías, unas más eficaces que otras. Y el miedo recurrente de que la lactancia “daña” el busto.

No hay necesidad de endurecer los pezones

En nuestra sociedad es frecuente que la futura madre piense que la lactancia se da sola, aunque también pretende anticiparse todas las catástrofes (grietas, dolores, congestiones, etc.) habituando los pezones con anticipación, endureciéndolos.

Y la realidad es que existe consenso casi general entre los expertos en lactancia en el sentido de que los dolores de los pezones y las grietas se deben a una mala succión del bebé (mala posición de su cuerpo, de su boca, de su lengua...) y que todas las cremas aplicadas a manera de prevención en nada cambian esta circunstancia.

Aún así, nada impide, si la madre lo desea, masajear suavemente los senos durante el embarazo. Esto puede ayudar a algunas madres a acostumbrarse a la idea de que pronto la boca del bebé los succionará con un vigor que puede ser sorprendente. Y esto puede ser útil más adelante cuando la madre desee extraerse la leche.

De la misma manera, en ciertas parejas, las caricias de los senos y la succión del pezón hacen parte del juego amoroso y pueden ser una manera natural de prepararse para la lactancia.

A algunas mujeres les gusta aplicar una crema hidratante sobre sus senos y pezones durante el embarazo. Lo que está desaconsejado es aplicar jabón (y sobretodo alcohol) sobre la areola y el pezón porque resecan la piel y hacen que se vuelva frágil. Vale la pena recordar que los senos producen, desde el embarazo, su propio “producto cosmético”: las glándulas de Montgomery, esos pequeños bultos sobre la areola, secretan una sustancia que lubrica y protege los pezones e inhibe el desarrollo de bacterias.

Los senos se preparan para la lactancia

De hecho, la parte más importante de la preparación se hace en forma natural y automática: bien sea que la madre haya decidido o no amamantar, su cuerpo se prepara para la lactancia a lo largo del embarazo.

Los senos aumentan su volumen (es también, con frecuencia, el primer signo de embarazo) y se pueden volver sensibles a medida que la glándula mamaria situada en el interior del seno, se desarrolla. La areola, ese círculo de piel oscura que rodea el pezón, toma un color más oscuro y los pezones pueden volverse más duros y protuberantes. Las glándulas de Montgomery se desarrollan.

La talla y la forma de los senos y de los pezones varían enormemente de una mujer a otra. Pero el tamaño de los senos no tiene nada que ver con la capacidad de la mujer para producir leche para su bebé: simplemente los senos gordos tienen más tejido adiposo. En el transcurso del segundo trimestre, los senos comienzan a producir calostro, esa primera leche que el bebé absorberá y que tiene una tasa de anticuerpos particularmente elevada. Algunas mujeres notan que hacia el final del embarazo escurre algo de calostro de sus senos. Si ese no es su caso, no hay nada que impida iniciar la lactancia.

Anteriormente se recomendaba extraer algunas gotas de calostro todos los días para ayudar en la lactancia. Nunca se ha probado que esta práctica ayude a prevenir la congestión o los dolores de los pezones. Tampoco ayuda a tener más producción de leche.

Si los pezones son planos o invertidos

Los pezones planos o invertidos pueden hacer que al bebé le cueste trabajo
prenderse, pues generalmente es más fácil hacerlo de un pezón protuberante. Con un poco de práctica, y la posición correcta, tanto el bebé como la madre tendrán la pericia suficiente para amamantar con facilidad.

Diversos procedimientos se pueden usar para remediar este problema. En primer lugar, se pueden usar debajo del sostén las copas que se usan para recoger leche, algunas horas diarias, durante el último trimestre del embarazo. El anillo que descansa sobre la piel ejerce una ligera presión sobre la areola y fuerza al pezón a sobresalir. También es posible usar un sostén viejo al que se le ha cortado un círculo en la punta, de manera que el pezón sobresalga. Algunos especialistas recomiendan los ejercicios de Hoffmann, que se realizan varias veces al día durante el embarazo; se trata de hacer presiones firmes con el pulgar sobre la base del pezón.

La eficacia de estos dos métodos fue fuertemente cuestionada por un estudio que en 1992 comparó cuatro grupos de mujeres: un grupo utilizó las copas, otro practicó los ejercicios de Hoffmann, el tercero recurrió a ambos y el cuarto no hizo nada para prepararse. El estudio no encontró diferencia significativa entre los cuatro grupos en lo que se refiere a la aparición de grietas, a problemas de colocación y a mastitis. La duración de la lactancia fue mucho más elevada... entre las que no hicieron nada en sus pezones!

Recientemente se habla de la pezonera, un pequeño aparato que colocado sobre le pezón permite, gracias a una jeringa, aspirar el aire y crear un vacío que permite succionar el pezón que de esta manera se alarga. Se logra el mismo efecto con una jeringa a la cual se le corta la tapa de la aguja para introducir por allí el émbolo y aspirar el pezón. Este procedimiento lo debe realizar la propia madre para halar el émbolo solo si no hay dolor.

Si la madre se da cuenta de su pezón invertido solo al momento que nace el bebé, esta jeringa usada minutos antes de que amamante el bebé, ayuda al agarre por parte del chiquitín. En cualquier caso, es importante que el bebé tenga la boca bien abierta antes de introducir el pezón y la areola en ella.

Si recordamos que el bebé succiona de la areola y no del pezón, se entiende por qué es más importante aprender a colocar bien al bebé, con un buen “bocado de seno”, más que invitarla a manipularse los pezones durante el embarazo, práctica que al final tiene un resultado más dudoso.

Cuando hay cirugía del seno

La mujer que ha tenido una cirugía del seno, se pregunta a menudo si la intervención afectó su habilidad de amamantar. Es importante saber dónde se hicieron las incisiones; si éstas fueron hechas en el pliegue bajo el seno hay gran posibilidad de que ningún ducto o nervio haya sido cortado. Si la incisión está cerca de la axila, es conveniente preguntar al cirujano si tuvo cuidado de no dañar ningún nervio. Las incisiones cerca de la areola indican, con frecuencia, que se cortaron algunos ductos lactíferos y posiblemente haya daño en los nervios. Estas madres pueden presentar insuficiencia en su producción de leche para lactar exclusivamente a su bebé.

Cualquier duda se puede resolver con el cirujano que practicó la cirugía. Si hay un solo seno afectado, la madre puede amamantar perfectamente con el otro seno. Si el pezón, en alguno de los senos tiene falta de sensibilidad, puede indicar que hay daño severo del nervio, lo que permite pensar que el reflejo de eyección o el de bajada se verán afectados. Además, la pérdida de sensibilidad puede reducir la estimulación nerviosa que se origina en el pezón y va a la glándula pituitaria, lo cual afecta la producción de leche.

Las reducciones mamarias muchas veces afectan la habilidad para amamantar pues el cirujano remueve secciones completa del seno, incluyendo ductos. Si el pezón ha sido retirado y luego es colocado de nuevo, la posibilidad de lactar exclusivamente es reducida ya que los ductos y nervios fueron cortados.

En cuanto a los implantes, generalmente no causan problemas, excepto si los canales lactíferos han sido cortados.

Vestidos y aparatos

La sociedad de consumo ha previsto que la mujer embarazada debe llegar al hospital, armada de toda una parafernalia de aparatos “indispensables” para la lactancia: cojines, copas, protectores, extractores, pezoneras, sostenes, cremas...

Muchos de esos productos son inútiles, algunos hasta son perjudiciales. Lo que si es conveniente comprar, es al menos un sostén una talla más grande que la habitual y esperar que se establezca la lactancia para saber si conviene otro más grande.

En lo que se refiere a los vestidos, son recomendables los de dos piezas, es decir falda y blusa o pantalón y blusa. Estos permite levantar la parte superior para instalar al bebé en el seno sin tener que “despechugarse”. Por el contrario, cuando es necesario abrir botones para que el bebé lacte, es muy posible que el seno libre también quede al descubierto.

La verdadera preparación

De hecho, la verdadera preparación, aquella que hace la diferencia entre una lactancia exitosa y una que fracasa, no se hace en el cuerpo, se hace en la cabeza.
La verdadera preparación consiste en ver, desde pequeña, a mujeres de la familia que amamantan con felicidad. Personalmente, recuerdo llevar mi deseo de lactar al ver a mi hermana mayor lactar a su bebé cuando yo tenía 8 años.

La verdadera preparación se tendría que dar por haber escuchado hablar de lactancia como una manera normal de alimentar a un bebé. Haberlo escuchado en familia, en la escuela, en los libros, las revistas, afiches, en la televisión, el cine...
La verdadera preparación consiste en informarse durante el embarazo, leer, buscar mujeres que amamanten.

En efecto, la lactancia es un comportamiento en parte adquirido; su éxito depende del conocimiento de una serie de hechos, de la manera como funciona la glándula mamaria y de las necesidades del bebé, entre otros.

¿Cuántos destetes precoces tienen como explicación un problema de lactancia que habría podido evitarse o resolverse si la madre hubiera estado bien informada?
La verdadera preparación consiste en informarse acerca de las prácticas de lactancia del sitio donde va a dar a luz. ¿Qué pasa con la primera colocación al seno? ¿Separan al niño y la madre en ese “período sensible” que son las dos o tres primeras horas después del nacimiento? ¿Dejan al bebé y la madre juntos durante la noche?

La verdadera preparación consiste en informarse acerca de la lactancia, pero sobretodo sobre el comportamiento normal de un bebé recién nacido. Muchos padres llegan a ese momento con ignorancia total acerca de lo que es la realidad de la vida cotidiana con un bebé, y con expectativas totalmente idealistas. Por ejemplo, si el bebé no pasa rápidamente la noche, quiere amamantar antes de lo que se espera, tiene cólicos, ellos se van a sentir perdidos, incompetentes... y van a suspender la lactancia acusándola de todos los males.

La adecuada colocación del bebé impide las grietas

Pasos muy sencillos ayudan a que el bebé se prenda de manera adecuada al seno. Esto evita grietas y congestión en la madre y asegura que el bebé reciba suficiente leche.
1.- La madre debe estar en una posición cómoda.
2.- El bebé debe estar enfrentado totalmente a su madre de manera que no tenga que voltear la cabecita hacia ella para prenderse del pezón.
3.- Con la punta del pezón, toque el borde del labio inferior del bebé.
4.- Cuando el bebé abra la boquita, introduzca en ella pezón y areola.
Recuerde que los depósitos de leche están bajo la areola.
5.- La nariz del bebé debe tocar el seno de la madre, lo cual no impide su respiración. Si parece que el seno oprime la nariz del bebé, levante al chiquito un poco, en lugar de oprimir el seno con sus dedos.
6.- Si hay dolor o el bebé se ha escurrido hacia el pezón, rompa la succión introduciendo el dedo meñique en el ángulo de la boca del bebé. Repita la colocación desde el principio.

Es más fácil aprender a lactar sentada, para aprender a colocar al bebé. Luego usted puede ensayar variaciones como acostada, recostada, caminando.

La plétora también puede aplanar el pezón

La plétora, esa congestión debida a la bajada de la leche entre el segundo y el sexto día después del parto, muchas veces hace que el pezón se aplane dificultando su agarre por parte del bebé.

En ese caso ayuda extraerse un poco de leche antes de amamantar. Eso hace que el
pezón salga para que el bebé lo agarre bien. En este tiempo la madre puede sentir además, el seno caliente e incómodo. Las compresas frías entre una lactada y otra alivian la incomodidad y reducen la congestión.

Por Claude Didierjean-Jouveau
Información perteneciente a la revista NUEVO COMIENZO, Vol. 13 Numero 1 Año 2001

viernes, 14 de mayo de 2010

“Más que humanizar el parto, hay que mamiferizarlo”



Entrevista a Michel Odent

Michel Odent, prestigioso ginecólogo francés, pionero en la promoción del parto fisiológico y precursor hace tres décadas de las bañeras de dilatación, ha hablado con Ser Padres sobre la importancia de lograr partos menos medicalizados y mucho más naturales, o como él los llama, más cercanos a los de todos los demás mamíferos, más “mamiferizados”.

P: Cuando habla de la importancia del amor en el parto, ¿a qué se refiere?

R: El amor ya no es tema exclusivo de poetas, filósofos o novelistas. Hoy lo estudian científicos de muy diversas disciplinas y han llegado a una conclusión: la importancia que tiene todo lo que sucede en el inicio de la vida para desarrollar la capacidad de amar. Es fundamental no perturbar demasiado el parto para que madre e hijo puedan desarrollar ese amor.

P: ¿No perturbar el parto significa no medicalizarlo y humanizarlo más?

R: Más que humanizar, yo hablaría de “mamiferizar”. Para que un parto sea fácil, hay que redescubrir las necesidades básicas que compartimos con todos los mamíferos. Y todas las hembras, para segregar oxitocina, esa hormona del amor que hasta hace poco se necesitaba liberar para poder dar a luz, necesitan sentirse seguras y que su nivel de adrenalina sea muy bajo. En la selva, si una hembra está a punto de dar a luz y se da cuenta de que tiene un depredador cerca, segregará adrenalina para poder defenderse y retrasará el parto para cuando se sienta más segura. Los mamíferos necesitan sentirse seguros y no observados para dar a luz.

P: ¿Un parto con médicos, oxitocina sintética, epidural, cesárea… no es más fácil?

R: No, la epidural es un medicamento que sustituye a las endorfinas, lo mismo que la oxitocina sintética sustituye a la natural. Todos estos medicamentos hacen el papel de las hormonas que las mujeres no pueden segregar porque no se encuentran en un entorno adecuado. Hoy en día no solo no las pueden liberar las parturientas que dan a luz por cesárea, también muchas de las que tienen un parto vaginal, al usar sustitutos farmacológicos de estas hormonas del amor. El problema es que estos sustitutos no producen efectos sobre el comportamiento y alteran el curso natural del nacimiento, un momento crítico en el proceso del desarrollo de la capacidad de amar.

P: Entonces, ¿cuál es el mejor entorno?

R: Después de llevar más de medio siglo participando en nacimientos, puedo resumir mi aprendizaje en pocas palabras: un parto será más fácil y rápido cuanto más sola esté la mujer. Solo necesita una comadrona que tenga experiencia y una actitud maternal y que se mantenga en silencio. Es el mejor entorno para liberar la oxitocina, que es una hormona tímida y no aparece si hay muchos espectadores.

Autora: L. Artiz.

jueves, 13 de mayo de 2010

PRESENTACION


El objetivo principal de Mammalia: Centro de Apoyo a la Mujer en la Gestación, el Parto, Nacimiento y Amamantamiento es el de mejorar la desarrollo integral de la madre, su hijo/a y su familia mediante la entrega de apoyo físico, emocional e informacional antes, durante e inmediatamente después de dar a luz para que así se puedan lograr gestaciones más sanas, y para que el trabajo de parto, el nacimiento y la primera parte de la maternidad sean experiencias sanas y satisfactorias.

Reconocemos el hecho de que nuestro entorno influye el nacimiento de manera profunda; por lo que es esencial para nosotras apoyar a las familias de las mujeres para que puedan crear un entorno sano y seguro que impacte de manera positiva el desarrollo y el bienestar de la madre y del o la bebé. Nuestra prioridad es entregar un apoyo personalizado que se adapte a las necesidades concretas de cada mujer.

Nuestros esfuerzos buscan reforzar el empoderamiento de las mujeres, jóvenes y adultas, para que puedan ser las protagonistas de su gestación, de su trabajo de parto, del nacimiento y de la primera parte de la maternidad mediante la entrega de las herramientas y conocimientos necesarios para tomar decisiones informadas que les permitan convertirse en madres protectoras y seguras con una capacidad de mantener una comunicación efectiva con los/as trabajadores/as-equipos de la salud.

Esto lo logramos mediante talleres transdisciplinarios de desarrollo, apoyo emocional a partir de la gestación al postparto, apoyo durante el parto, y acompañamiento durante el amamantamiento y la primera parte de la maternidad.

Actualmente Mammalia proyecta su trabajo a través de los Programas Doulas Comunitarias, Mamás Jóvenes, Hacer Nacer, y Amamanta, junto con apoyar otras iniciativa del CESFAM-JMT y del Jardín Infantil "Puerto Aysen" de la Fundación Integra y la Carrera de Educación Parvularia de la Universidad de Valparaíso.

El objetivo principal de Mammalia: Centro de Apoyo a la Mujer en la Gestación, el Parto, Nacimiento y Amamantamiento es el de mejorar la desarrollo integral de la madre, su hijo/a y su familia mediante la entrega de apoyo físico, emocional e informacional antes, durante e inmediatamente después de dar a luz para que así se puedan lograr gestaciones más sanas, y para que el trabajo de parto, el nacimiento y la primera parte de la maternidad sean experiencias sanas y satisfactorias.