jueves, 17 de noviembre de 2011

DE QUÉ MANERA LA GLOBALIZACIÓN ESTÁ AFECTANDO EL PARTO Y EL NACIMIENTO, por Ina May Gaskin



Probablemente la mayoría de vosotros sabéis que Estados Unidos ha sido el primer país en la historia que ha eliminado la profesión de comadrona. Siguiendo el liderazgo de Estados Unidos, Canadá fue el segundo país, haciendo de la mayor parte del continente de América del Norte un territorio ilegal para el ejercicio de la profesión de comadrona. Sólo la barrera lingüística y las profundas diferencias culturales entre Estados Unidos y México protegió a las «parteras» mejicanas de este fenómeno. La aniquilación de la matronería fue un experimento social de carácter masivo que, durante un largo período, causó para las mujeres la pérdida de una fuente de conocimiento sobre las capacidades de sus propios cuerpos.

Generaciones sucesivas de mujeres norteamericanas no creían que podían dar a luz sin fórceps, analgésicos, hospitales, doctores y episiotomías. Por otra parte, ya nadie creía que la leche materna fuera buena, ya que muy pocos médicos sabían algo sobre la lactancia materna.

Siguiendo los consejos de sus médicos, las mujeres muy obedientes, alimentaron a sus hijos con leche de vaca, creyendo que esta alimentación produciría niños más sanos que los niños alimentados con su propia leche. Todos estos cambios radicales sucedieron en el mismo período en que las mujeres norteamericanas obtenían por primera vez el derecho de voto.

De hecho la matronería había sido ya destruida en EU y Canadá antes de que las feministas se dieran cuenta de cuán importante era una matronería fuerte y autónoma para proteger el conocimiento y la sabiduría de las mujeres en cuánto a su capacidad de parir y amamantar. Las feministas tenían en esa época muchas otras prioridades, por lo cual los temas ligados al nacimiento no emergieron durante un largo período.

Durante la primera parte del siglo XX, fue difícil para las mujeres darse cuenta de que no eran los hospitales y los médicos los que hacían que un nacimiento fuera más seguro que 100 años antes. No tenían consciencia de que eran las mejores condiciones sanitarias, el agua potable, las mejores vías de comunicación y de accesibilidad, junto con la técnica de transfusión sanguínea las que contribuyeron a reducir constantemente las tasas de mortalidad materna entre 1936 y los años 1970 y no el hecho de que 99% de los nacimientos fueran hospitalarios. Cuando las mujeres comenzaron a entender esto, reaccionaron en contra de la deshumanizació n de los partos hospitalarios, quedándose en sus domicilios para dar a luz con amigas que escogían para oficiar de comadronas. Este fenómeno cogió por sorpresa al cuerpo médico.

El movimiento de parto natural que comenzó en los años 60 demostró que las mujeres podían, mediante la organización y la acción directa resucitar una profesión que había sido despreciada y rechazada. Cuando mujeres norteamericanas -como fue mi caso-, descubrimos formas de aprender a ser comadronas, supimos que Europa y el resto del mundo no habían seguido el ejemplo de EU y que por el contrario, habían mantenido la profesión, y en el caso de los países más avanzados, habían formalizado la formación de comadronas.

Quizás no puedan imaginar cuán excitante fue para nosotras, en EU, saber y darnos cuenta que la matronería había sobrevivido en todas partes.Comencé a entender que las comadronas en Europa no habían sobrevivido en todos los casos con su profesión intacta. Por «intacta» entiendo con el tipo de autonomía que nosotras por lo menos en nuestro pueblo, consideramos necesaria. Pero con una profesión legal y aparentemente floreciente en todos los países europeos, pensamos que los europeos estaban más adelantados que los americanos y que habían evitado la pérdida de los conocimientos acerca del parto que habían sufrido las mujeres en EU y Canadá.

Esta pérdida del conocimiento que produjo un incremento tan importante de cesáreas y de partos instrumentados. Empecé a ser consciente de los efectos de la globalización en el nacimiento a través del mundo cuando leí acerca de cómo los grupos hospitalarios americanos compraban hospitales en cualquier país rico donde había hospitales para comprar. Este fenómeno me chocó y me preocupó, porque supone que estas empresas estaban lanzando sus tentáculos tan lejos como podían y -si la gente y los gobiernos se descuidaban- , las corporaciones americanas iban a influenciar la atención sanitaria en países que estaban actualmente brindando una mejor atención sanitaria que la que muchos ciudadanos americanos reciben.

De la misma manera que la firma MacDonalds se expandió en el mundo como una enfermedad contagiosa, así el estilo «MacParto» de atención a la maternidad empezó a remplazar mejores y más saludables sistemas locales de atención materno-infantil. La característica clave del modelo «Macparto» es la utilización frecuente de drogas farmacéuticas y de tecnología médica que genera ingresos a ciertas empresas. Digámoslo claramente: un alto porcentaje de partos sanos, naturales en cualquier país es una mala noticia para estas empresas. Sin embargo, esto es bueno para la salud pública, y esto es lo que debemos subrayar a la población, a los ministros de salud y a los gobiernos de nuestros propios países.

Las empresas no colocan a la salud pública entre sus prioridades. Nosotros lo sabemos cuando vemos el crecimiento incontrolado y la extensión de la biotecnología, de los alimentos y los medicamentos genéticamente modificados, la energía nuclear, los tratamientos hormonales substitutivos, la medicina de la fertilidad, la cirugía estética, impresionantes campañas de marketing para vender todo lo citado a gente que realmente no necesita de estos productos y servicios. Los beneficios son el único motor de estas empresas y debemos ser conscientes de ello.

El sueño de las empresas en cada país del mundo sería que las mujeres planifiquen la fertilidad desde su más temprana edad tomando pastillas anticonceptivas hasta que estén listas para tener una familia, que programen sus partos por cesárea precoz, que aquellas que quieran parir por vía vaginal deban justificar su opción, que la depresión postparto que resulte sea tratada con drogas, que todos los bebés sean alimentados con alimentos especiales, que las mujeres tomen hormonas durante la menopausia y continúen tomando por el resto de sus días.

Por todo ello, vale la pena estudiar lo que ocurrió en EU a principios del siglo XX, en un tiempo en el que las mujeres aprendieron a temer sus propios cuerpos. Cuando las mujeres respetan sus propios cuerpos y entienden como acceder a su química interna para facilitar el parto y la lactancia, las estrategias de marketing no funcionan. Es fácil difundir miedo a través de los medios de comunicación. Hollywood lo ha demostrado. Cuando analizamos el crecimiento de las tasas de cesáreas en la mayoría de los países europeos en las últimas dos décadas, debemos reconocer que las películas americanas y los programas de televisión tienen una gran responsabilidad en la difusión y el marketing de la tecnología en torno al parto y al nacimiento. Debemos ser muy creativos e inteligentes cuando ideamos estrategias para convencer a las mujeres de que sus cuerpos no son máquinas deficientes y que la manera más cara no es siempre la mejor manera. De lo contrario, el mundo de pesadilla que creamos nos destruirá a todos. Yo sugiero que hagamos el mundo para las generaciones futuras protegiendo el principio básico de las comadronas que creen que el cuerpo de las mujeres ha sido maravillosamente creado para realizar el acto de dar a luz y que enseñemos a las mujeres (y al público en general) cómo el parto institucional tiende a socavar la confianza de las mujeres en sus propias capacidades. Esta será una gran tarea, pero yo creo que es realizable.

Ina May Gaskin

miércoles, 16 de noviembre de 2011

ARGENTINA

Es muy importante que conozcamos la experiencias de Derechos del Nacimiento en otros países. Esperamos algún día contar con una legislación como la de Argentina. Si bien, aún hay mucho que mejorar en ella por lo que han contado muchas mujeres que ejercen en el área y mujeres que pasan por ella, ya es un avance. Para esta semana de la "A" los dejamos con Argentina y sus Derechos del Nacimiento.

Salud!

Además recalcamos la imagen para este artículo en el cual se hace llamado al parto amoroso, libre, consciente y seguro. Apelamos a esta consigna, en especial a la parte de la seguridad que es algo que nos ha costado conseguir y que ha significado la pérdida de otras cosas que queremos recuperar como lo es la parte afectiva y de protagonismo. Sin embargo, no por recuperar esto último debemos poner en riesgo nuestras vidas ni la de nuestros bebés.


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ARGENTINA

LEY NACIONAL 25.929

DERECHOS DE PADRES E HIJOS DURANTE EL PARTO

El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunidos en Congreso, etc. sancionan con fuerza de Ley:

Artículo 1º.- La presente ley será de aplicación tanto al ámbito público como privado de la atención de la salud en el territorio de la Nación.

Las obras sociales regidas por leyes nacionales y las entidades de medicina prepaga deberán brindar obligatoriamente las prestaciones establecidas en esta ley, las que quedan incorporadas de pleno derecho al Programa Médico Obligatorio.

Artículo 2º.- Toda mujer, en relación con el embarazo, el trabajo de parto, el parto y el postparto, tiene los siguientes derechos:

a) A ser informada sobre las distintas intervenciones médicas que pudieren tener lugar durante esos procesos de manera que pueda optar libremente cuando existieren diferentes alternativas.

b) A ser tratada con respeto, y de modo individual y personalizado que le garantice la intimidad durante todo el proceso asistencial y tenga en consideración sus pautas culturales.

c) A ser considerada, en su situación respecto del proceso de nacimiento, como persona sana, de modo que se facilite su participación como protagonista de su propio parto.

d) Al parto natural, respetuoso de los tiempos biológico y psicológico, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados por el estado de salud de la parturienta o de la persona por nacer.

e) A ser informada sobre la evolución de su parto, el estado de su hijo o hija y, en general, a que se le haga partícipe de las diferentes actuaciones de los profesionales.

f) A no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación, salvo consentimiento manifestado por escrito bajo protocolo aprobado por el Comité de Bioética.

g) A estar acompañada, por una persona de su confianza y elección durante el trabajo de parto, parto y postparto.

h) A tener a su lado a su hijo o hija durante la permanencia en el establecimiento sanitario, siempre que el recién nacido no requiera de cuidados especiales.

i) A ser informada, desde el embarazo, sobre los beneficios de la lactancia materna y recibir apoyo para amamantar.

j) A recibir asesoramiento e información sobre los cuidados de sí misma y del niño o niña.

k) A ser informada específicamente sobre los efectos adversos del tabaco, el alcohol y las drogas sobre el niño o niña y ella misma.

Artículo 3º.- Toda persona recién nacida tiene derecho:

a) A ser tratada en forma respetuosa y digna.

b) A su inequívoca identificación.

c) A no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación o docencia, salvo consentimiento, manifestado por escrito de sus representantes legales, bajo protocolo aprobado por el Comité de Bioética.

d) A la internación conjunta con su madre en sala, y a que la misma sea lo más breve posible, teniendo en consideración su estado de salud y el de aquélla.

e) A que sus padres reciban adecuado asesoramiento e información sobre los cuidados para su crecimiento y desarrollo, así como de su plan de vacunación.

Artículo 4º.- El padre y la madre de la persona recién nacida en situación de riesgo tienen los siguientes derechos:

a) A recibir información comprensible, suficiente y continuada, en un ambiente adecuado, sobre el proceso o evolución de la salud de su hijo o hija, incluyendo diagnóstico, pronóstico y tratamiento.

b) A tener acceso continuado a su hijo o hija mientras la situación clínica lo permita, así como a participar en su atención y en la toma de decisiones relacionadas con su asistencia.

c) A prestar su consentimiento manifestado por escrito para cuantos exámenes o intervenciones se quiera someter al niño o niña con fines de investigación, bajo protocolo aprobado por el Comité de Bioética.

d) A que se facilite la lactancia materna de la persona recién nacida siempre que no incida desfavorablemente en su salud.

e) A recibir asesoramiento e información sobre los cuidados especiales del niño o niña.

Artículo 5º.- Será autoridad de aplicación de la presente ley el Ministerio de Salud de la Nación en el ámbito de su competencia; y en las provincias y la Ciudad de Buenos Aires sus respectivas autoridades sanitarias.

Artículo 6º.- El incumplimiento de las obligaciones emergentes de la presente ley, por parte de las obras sociales y entidades de medicina prepaga, como así también el incumplimiento por parte de los profesionales de la salud y sus colaboradores y de las instituciones en que éstos presten servicios, será considerado falta grave a los fines sancionatorios, sin perjuicio de la responsabilidad civil o penal que pudiere corresponder.

Artículo 7º.- La presente ley entrará en vigencia a los SESENTA (60) días de su promulgación.

Artículo 8º.- Comuníquese al Poder Ejecutivo.

Dada en la Sala de Sesiones del Congreso Argentino, en Buenos Aires, a los veinticinco días del mes de agosto del año dos mil cuatro.

Sanción.- 25/08/2004

Promulgación.- 17/09/2004





miércoles, 9 de noviembre de 2011

Andorra , Angola , Antigua y Barbuda


Andorra es un pequeño país ubicado al sur de Europa entre España y Francia. Posee una tasa de natalidad 10,58 en 1000 personas y la mortalidad infantil es de 4,08 (por cada 100 nacimientos). Diferente situación es la que se vive en Angola, este país africano presenta una tasa de natalidad del 46,89 (en 1000 personas) y su tasa de mortalidad infantil es de 95,78 (por cada 100 nacimientos), impactantemente altísima para lo que estamos acostumbrados en un país como el nuestro. Un referente un poco más cercano a nuestra realidad lo presentan el conjunto de islas centroamericanas Antigua y Barbuda donde los nacimientos son 19,6 (en 1000 personas). ¿Pero qué sabemos de la forma de nacer en estos países más allá de las estadísticas? ¡Veamos!

a) Andorra es parte de varios acuerdos dentro de la Unión Europea, por tanto para un bebé no hay gran diferencia entre nacer en España, Portugal, Andorra, etc. Sin embargo, un hecho interesante es que no basta con nacer en Andorra para tener la ciudadanía, como lo es en la mayoría de los países. ¡No, señores!, para ser un andorrino/a uno debe ser hijo de alguien con la nacionalidad, residir por más de 20 años o para los bebes que son nacidos en estas tierras, hasta obtener la mayoría de edad. Curioso.

b) En Angola “ser madre es una peligros profesión” dice un artículo del 2006. En el que se relata la siguiente historia “Caminando por la maternidad del principal hospital de la capital de Angola un visitante puede encontrarse con una desagradable combinación de sangre y excremento. Una mujer con un embarazo de término está con mucho dolor, no lleva ropa interior y se ve muy exhausta, la sangre corre por sus piernas hasta el piso. Nadie le ofrece ayuda, ni limpia el suelo”. Angola está muy lejos de logar reducir la mortalidad de gestantes en un75% para el 2015, como pide un tratado internacional. Acá 17 de cada 1000 mujeres mueren por causas relativas al embarazo, mientras que en Europa es una cada 2000 y en EEUU una cada 3000. Y es que después de 27 años de guerra civil hay muchas cosas por arreglar, el simple trayecto al hospital puede ser algo inaccesible por las minas antipersonales en las zonas más rurales.

Las mujeres a menudo llegan sin haber tenido acceso a cuidados pre-natales, consejos sobre SIDA, nutrición, higiene y prevención de la Malaria.

Continuando con la historia: “En el mismo corredor un poco más allá encontramos a una madre acompañando a su hija de 17 años quien acaba de dar a luz a su segundo hijo, lamentablemente llegaron muy tarde al centro y el bebé está muerto. Las enfermeras mandan a la madre a comprar medicamentos, ya que el hospital no posee y si no los provee el paciente junto con los vendajes, entonces no tiene derecho a tratamiento. Estas madres tristemente son las afortunadas que viven cerca de la ciudad y lograron tener acceso a algún tipo de atención, muchas mujeres simplemente se las tienen que arreglar solas”

c) Antigua y Barbuda: Una de las preocupaciones por estos lados es el embarazo adolescente el cual ha disminuido en los últimos 35 años de un 29% a un 16%. Las explicaciones incluyen factores relacionados con el desarrollo económico, social, educacional y médico. Por ejemplo se estima que el riesgo de contagio de SIDA ha colaborado en la caída de las tasas de embarazo adolescente desde los mediados de los 80.

Otra razón por la que se destaca Antigua es por la iniciativa de Caron Millard, una matrona británica que reside en la isla y se ha especializado en la pérdida perinatal: en la atención a los padres en duelo y la generación de grupos de apoyo. Su trabajo es reconocido a nivel internacional, llegando a ocupar importantes puestos en asociaciones mundiales del tema. Su sitio web es www.sands-antigua-barbuda.com.

martes, 1 de noviembre de 2011

Afganistán / Alemania


AFGANISTÁN

Afganistán tiene uno de los índices más altos de mortalidad materna en el mundo el cual se estima es de alrededor de 1600 por cada 100,000 mil nacidos vivos. El riesgo de muerte materna en un periodo de vida varía entre 1 por cada 6 y 1 por cada 9. Esto significa que unas estimadas 26,000 mujeres que mueren por causas relacionadas con la gestación al año o dicho de otra forma, 1 mujer muere cada 27 minutos. Entre el 48% y 55% de las muertes en mujeres en edad reproductiva (15-49 años) es por causas relacionadas con la gestación.

Después de la caída de los Talibanes en el 2002, existía solamente un programa de formación de parteras en Afganistán y 467 parteras practicantes. El Ministerio de Salud Pública lanzó un programa de educación de partería comunitaria y ya en Mayo 2011, casi un total de 3,000 parteras se han formado en 34 escuelas de partería a lo largo del país.

La Asociación de Parteras Afganas (AMA) se formó en el 2005, con el apoyo de ACCESS y los Proyectos de Apoyo a los Servicios de Salud financiados por USAID, para apoyar el creciente número de parteras y para defender la profesión mediante la abogacía y la educación. Comenzando con apenas 80 miembros en el 2005, la asociación ha crecido continuamente tanto en sus logros como en tamaño. En el 2006, AMA fue reconocido con su membrecía en la Confederación Internacional de Parteras y hoy comprende a más de 2,000 miembros parteras y estudiantes de 32 sitios provinciales. El apoyo creciente de donantes ha expandido el número de actividades implementadas por AMA para aumentar la conciencia acerca de la maternidad segura y para aumentar la calidad de la educación de parteras y la entrega de servicios de salud.

AMA apoya al Gobierno de Afganistán para lograr tres Metas de Desarrollo para el Milenio: Aumentar la salud materna; reducir la mortalidad infantil; promover la equidad de género y empoderar a las mujeres. Estas Metas son abordadas mediante el fortalecimiento de las parteras profesionales para practicar como partera adiestradas en el parto. El AMA es el ejemplo técnico para la educación en partería, el desarrollo profesional y las políticas que permiten que toda partera en Afganistán practique el nivel más alto de atención.

El AMA es un miembro activo de los siguientes grupos de políticas afganas: Grupo de Trabajo para el Desarrollo de Recursos Humanos, el Comité de Salud Materno Neonatal, y la Secretaría de Educación de Partería y Directorio de Acreditación. Además, en el 2011, el AMA encabeza la formulación de un consejo nacional de partería para crear leyes para el registro y capacitación de parteras.

ALEMANIA

Las casas de parto en Alemania son lugares independientes donde las mujeres pueden dar a luz de manera fisiológica, por ellas mismas, sin más provocación que las de sus propias hormonas y acompañadas por la persona de su elección. Allí las parturientas reciben asistencia únicamente de matronas o parteras. Hay una matrona por parturienta, y no cambia durante el período activo del parto.

Una casa de parto forma parte de la llamada “Red de las casas de nacimiento” y todas tienen criterios mínimos comunes, los cuales pueden evolucionar con la experiencia de las parteras. Pero existe también una lista de criterios de exclusión. Y ademas únicamente las mujeres embarazadas que asisten al control prenatal en la casa de parto pueden alumbrar allí, ya que las matronas las conocen bien.

Antes de 1950 en Alemania la mayoría de los bebés nacían en sus casas. Pero después de la Segunda Guerra Mundial había problemas de salubridad y. por eso y por razones económicas, las mujeres comenzaron a ir al hospital para dar a luz. Aproximadamente desde esa fecha los nacimientos en el hospital empezaron a correr a cargo de la Seguridad Social, y coincidió que a partir de esa misma época se redujo la mortalidad tanto materna como perinatal. Por consiguiente, se dedujo que el hospital era mucho más seguro que una casa como lugar de parto. Esta deducción fue muy satisfactoria para el sistema de asistencia médica y fue aceptada sin contradicción por la mayoría de la población.

Sin embargo esta deducción, analizada con métodos estadísticos modernos y a la luz de la epidemiología se llega a la conclusión de que hay que considerar otros factores que mejoraron desde fines de la segunda guerra mundial, como por ejemplo una dieta más equilibrada, la planificación familiar, la salud de las madres y las mejores condiciones higiénicas. En otras palabras, desde los años 50 la mortalidad materna y perinatal, en el hospital o en el hogar, disminuyó en todos los países industrializados debido a la mejora de las condiciones de vida.

A mediados de la década de los ochenta en Alemania solamente quedaban unas pocas matronas que se atrevían a asistir a las parturientas en sus casas. La mayoría de las matronas formaba parte de los equipos obstétricos de los hospitales encabezados por un médico jefe y realizaban muchas tareas administrativas, pasando menos tiempo y menos personalizado con las madres. Las matronas cada vez estaban menos satisfechas con su trabajo y las parturientas tampoco estaban contentas de sus matronas. El parto era una enfermedad.

Por estas razones, a fines de la década de los ochenta un grupo creciente de matronas jóvenes decidieron comenzar a ejercer su profesión independientemente para poder atender mejor a las embarazadas y parturientas. La mejor solución, para combinar el trabajo de varias de ellas organizando su tiempo y mejorando su formación consideraron que eran las casas de partos. En 1987 se fundaron en Alemania las dos primeras casas de parto en Berlín.

La ley alemana establece que cada nacimiento debe estar asistido por una matrona, incluso los ginecólogos deben tener una matrona acompañándoles, no pueden asistir un parto solos.

El nacimiento en las casas de parto también lo paga la Seguridad Social, una suma fija de 550 € por nacimiento, lo cual es menos de lo que paga por un nacimiento en un hospital. Asimismo, los padres deben pagar 200 € si desean tener derecho al servicio de guardia de la casa de parto, que les permite llamar a la partera 24 horas al día a partir de la semana treinta y siete de embarazo y durante las cuatro semanas postparto. Antes de la semana 37 de embarazo el nacimiento no debe tener lugar en una casa de parto sino en un hospital para garantizar la seguridad del nacimiento.

Se realizan encuestas sobre la atención en estas casas de parto y los datos revelan su seguridad y la satisfacción de las usuarias.

Por ejemplo, en Berlín hay diez casas, en una de ellas hubo 200 nacimientos en 2007. El 40% de las mujeres dieron a luz en el agua. La postura materna durante la segunda fase del parto fue: una en la posición supina, las otras en la posición de su preferencia: vertical sin o con una silla, en cuatro patas, o lateral. De esas 200 mujeres, 126 no se desgarraron nada en absoluto el perineo, y una sola tuvo una episiotomía. Las otras tuvieron desgarros perineales de primer o segundo grado sin sutura.

Según un estudio completo realizado por la Gesellschaft für Qualität in der außerklinische Geburtshilfe,QUAG (Sociedad independiente para la calidad del parto extrahospitalario) de más de 40.000 nacimientos recogidos hubo episotomía en un 6% de los casos y un 4% de cesáreas (mujeres trasladadas al hospital). Aproximadamente entre el 10% y el 13%, de los partos requieren traslado, de acuerdo a la experiencia de las matronas, la condición de la mujeres o la condición del bebé. La gran mayoría de las mujeres trasladadas a un hospital pudieron alumbrar sin problemas, siendo una de las tareas decisivas de las matronas justamente reconocer el inicio de complicaciones.