martes, 1 de noviembre de 2011

Afganistán / Alemania


AFGANISTÁN

Afganistán tiene uno de los índices más altos de mortalidad materna en el mundo el cual se estima es de alrededor de 1600 por cada 100,000 mil nacidos vivos. El riesgo de muerte materna en un periodo de vida varía entre 1 por cada 6 y 1 por cada 9. Esto significa que unas estimadas 26,000 mujeres que mueren por causas relacionadas con la gestación al año o dicho de otra forma, 1 mujer muere cada 27 minutos. Entre el 48% y 55% de las muertes en mujeres en edad reproductiva (15-49 años) es por causas relacionadas con la gestación.

Después de la caída de los Talibanes en el 2002, existía solamente un programa de formación de parteras en Afganistán y 467 parteras practicantes. El Ministerio de Salud Pública lanzó un programa de educación de partería comunitaria y ya en Mayo 2011, casi un total de 3,000 parteras se han formado en 34 escuelas de partería a lo largo del país.

La Asociación de Parteras Afganas (AMA) se formó en el 2005, con el apoyo de ACCESS y los Proyectos de Apoyo a los Servicios de Salud financiados por USAID, para apoyar el creciente número de parteras y para defender la profesión mediante la abogacía y la educación. Comenzando con apenas 80 miembros en el 2005, la asociación ha crecido continuamente tanto en sus logros como en tamaño. En el 2006, AMA fue reconocido con su membrecía en la Confederación Internacional de Parteras y hoy comprende a más de 2,000 miembros parteras y estudiantes de 32 sitios provinciales. El apoyo creciente de donantes ha expandido el número de actividades implementadas por AMA para aumentar la conciencia acerca de la maternidad segura y para aumentar la calidad de la educación de parteras y la entrega de servicios de salud.

AMA apoya al Gobierno de Afganistán para lograr tres Metas de Desarrollo para el Milenio: Aumentar la salud materna; reducir la mortalidad infantil; promover la equidad de género y empoderar a las mujeres. Estas Metas son abordadas mediante el fortalecimiento de las parteras profesionales para practicar como partera adiestradas en el parto. El AMA es el ejemplo técnico para la educación en partería, el desarrollo profesional y las políticas que permiten que toda partera en Afganistán practique el nivel más alto de atención.

El AMA es un miembro activo de los siguientes grupos de políticas afganas: Grupo de Trabajo para el Desarrollo de Recursos Humanos, el Comité de Salud Materno Neonatal, y la Secretaría de Educación de Partería y Directorio de Acreditación. Además, en el 2011, el AMA encabeza la formulación de un consejo nacional de partería para crear leyes para el registro y capacitación de parteras.

ALEMANIA

Las casas de parto en Alemania son lugares independientes donde las mujeres pueden dar a luz de manera fisiológica, por ellas mismas, sin más provocación que las de sus propias hormonas y acompañadas por la persona de su elección. Allí las parturientas reciben asistencia únicamente de matronas o parteras. Hay una matrona por parturienta, y no cambia durante el período activo del parto.

Una casa de parto forma parte de la llamada “Red de las casas de nacimiento” y todas tienen criterios mínimos comunes, los cuales pueden evolucionar con la experiencia de las parteras. Pero existe también una lista de criterios de exclusión. Y ademas únicamente las mujeres embarazadas que asisten al control prenatal en la casa de parto pueden alumbrar allí, ya que las matronas las conocen bien.

Antes de 1950 en Alemania la mayoría de los bebés nacían en sus casas. Pero después de la Segunda Guerra Mundial había problemas de salubridad y. por eso y por razones económicas, las mujeres comenzaron a ir al hospital para dar a luz. Aproximadamente desde esa fecha los nacimientos en el hospital empezaron a correr a cargo de la Seguridad Social, y coincidió que a partir de esa misma época se redujo la mortalidad tanto materna como perinatal. Por consiguiente, se dedujo que el hospital era mucho más seguro que una casa como lugar de parto. Esta deducción fue muy satisfactoria para el sistema de asistencia médica y fue aceptada sin contradicción por la mayoría de la población.

Sin embargo esta deducción, analizada con métodos estadísticos modernos y a la luz de la epidemiología se llega a la conclusión de que hay que considerar otros factores que mejoraron desde fines de la segunda guerra mundial, como por ejemplo una dieta más equilibrada, la planificación familiar, la salud de las madres y las mejores condiciones higiénicas. En otras palabras, desde los años 50 la mortalidad materna y perinatal, en el hospital o en el hogar, disminuyó en todos los países industrializados debido a la mejora de las condiciones de vida.

A mediados de la década de los ochenta en Alemania solamente quedaban unas pocas matronas que se atrevían a asistir a las parturientas en sus casas. La mayoría de las matronas formaba parte de los equipos obstétricos de los hospitales encabezados por un médico jefe y realizaban muchas tareas administrativas, pasando menos tiempo y menos personalizado con las madres. Las matronas cada vez estaban menos satisfechas con su trabajo y las parturientas tampoco estaban contentas de sus matronas. El parto era una enfermedad.

Por estas razones, a fines de la década de los ochenta un grupo creciente de matronas jóvenes decidieron comenzar a ejercer su profesión independientemente para poder atender mejor a las embarazadas y parturientas. La mejor solución, para combinar el trabajo de varias de ellas organizando su tiempo y mejorando su formación consideraron que eran las casas de partos. En 1987 se fundaron en Alemania las dos primeras casas de parto en Berlín.

La ley alemana establece que cada nacimiento debe estar asistido por una matrona, incluso los ginecólogos deben tener una matrona acompañándoles, no pueden asistir un parto solos.

El nacimiento en las casas de parto también lo paga la Seguridad Social, una suma fija de 550 € por nacimiento, lo cual es menos de lo que paga por un nacimiento en un hospital. Asimismo, los padres deben pagar 200 € si desean tener derecho al servicio de guardia de la casa de parto, que les permite llamar a la partera 24 horas al día a partir de la semana treinta y siete de embarazo y durante las cuatro semanas postparto. Antes de la semana 37 de embarazo el nacimiento no debe tener lugar en una casa de parto sino en un hospital para garantizar la seguridad del nacimiento.

Se realizan encuestas sobre la atención en estas casas de parto y los datos revelan su seguridad y la satisfacción de las usuarias.

Por ejemplo, en Berlín hay diez casas, en una de ellas hubo 200 nacimientos en 2007. El 40% de las mujeres dieron a luz en el agua. La postura materna durante la segunda fase del parto fue: una en la posición supina, las otras en la posición de su preferencia: vertical sin o con una silla, en cuatro patas, o lateral. De esas 200 mujeres, 126 no se desgarraron nada en absoluto el perineo, y una sola tuvo una episiotomía. Las otras tuvieron desgarros perineales de primer o segundo grado sin sutura.

Según un estudio completo realizado por la Gesellschaft für Qualität in der außerklinische Geburtshilfe,QUAG (Sociedad independiente para la calidad del parto extrahospitalario) de más de 40.000 nacimientos recogidos hubo episotomía en un 6% de los casos y un 4% de cesáreas (mujeres trasladadas al hospital). Aproximadamente entre el 10% y el 13%, de los partos requieren traslado, de acuerdo a la experiencia de las matronas, la condición de la mujeres o la condición del bebé. La gran mayoría de las mujeres trasladadas a un hospital pudieron alumbrar sin problemas, siendo una de las tareas decisivas de las matronas justamente reconocer el inicio de complicaciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario