miércoles, 30 de junio de 2010

El Papel del Padre del Bebé Amamantado



Es muy afortunado el o la bebé que tiene una relación cariñosa y cercana con ambos padres. Los niños y niñas necesitan mucho contacto físico y cuando no están al pecho, los brazos cariñosos del padre son un lugar maravilloso para ellos/as.

La televisión a menudo muestra que la única forma de que un padre tenga un vínculo con su hijo/a es a través de la almentación con biberón. Sin embargo, no es la alimentación en sí la que da como resultado el vínculo madre-hijo/a, sino el contacto físico cercano que es parte de la relación de amamantamiento. Un padre no necesita dar un biberón para formar un vínculo de amor; sin embargo sí necesita invertir tiempo cargando, amando, jugando y relacionándose con su hijo/a.

El padre puede desarrollar una relación excelente aún con el o la bebé que parece necesitar tomar el pecho muy seguido. Intenten colocar al bebé sobre el pecho del padre después de amamantar. Mecer al niño o niña sobre su hombro es a menudo una actividad favorita para ambos. Muchos padres disfrutan poder enseñarle al niño o niña el inmenso mundo en que vivimos. Las cosas más sencillas le pueden llamar la atención al o la bebé, desde la parte interior de los gabinetes, hasta la parte superior de las puertas. Hay tantas formas en las cuales el padre puede estar involucrado que van más allá de cambiar pañales, darle el baño y calmar al o la bebé cuando esta molesto. ¡Hay que ser creativos! Pero más que nada, reconocer que los bebés necesitan a su madre Y a su padre, no solamente uno u otro. La respuesta consistente a las necesidades del bebé es una de las formas más importantes de ayudar a que desarrolle apego con sus padres. El o la bebé necesita saber que ambos padres respetarán sus necesidades. El padre debe llevar al bebé a su madre en cuanto necesite ser amamantado. El vínculo con el padre se fortalece cuando el vínculo entre la madre y el niño es estable y seguro.


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El apoyo del padre del niño o niña puede ser un eslabón vital en el éxito de la lactancia. El padre puede animar a la madre, protegerla de los comentarios negativos de parte de familiares o amistades, ayudar a calmar al o la bebé que está molesto/a, traerle a la madre de comer o de beber cuando está amamantando y más que nada, recordarle que el amamantar es una de las cosas más importantes que ella puede hacer para que su bebé tenga el mejor comienzo en la vida.

Sobre todo durante las primeras semanas, cuando la falta de sueño y los cambios hormonales pueden hacer que la madre dude de su habilidad para amamantar, un padre que sugiere "por qué no intentas una vez más" o que le recuerda a su compañera que "dicen que los bebés empiezan a espaciar más sus tomas después de estos días en que piden con mayor frecuencia, a las 3 semanas" puede ser de gran ayuda. Un padre quien trae almohadas para ayudar con la colocación del recién nacido o que le lleva el teléfono para que la madre pueda buscar apoyo para la LM está en realidad ayudando a alimentar a su hijo.

En algunas ocasiones el padre puede sentirse desanimado si no conoce a ninguna otra pareja que esté amamantando. Si los grupos locales ofrecen reuniones para parejas, éstas son una forma maravillosa para que los padres se conozcan y compartan sus dilemas, y aprendan qué hacen los demás para superar los retos que se presentan. Si no hay reuniones para parejas, es posible tener un día de campo para las familias del grupo local y ver cuán bien crecen y maduran esos bebés amamantados.

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La alimentación es sólo una pequeña parte del cuidado total que el o la bebé requiere.

El padre puede hacer una multitud de cosas, desde bañar al niño o niña, cambiar pañales, hacerlo eructar, calmarlo durante períodos de llanto y por supuesto, jugar.

Al padre ya le tocará alimentar al o el bebé con la introducción de alimentos complementarios alrededor de la mitad del primer año. De hecho el o la bebé puede aceptar otros alimentos mejor si los ofrece el padre, ya que a la madre la asocia con la lactancia.


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El papel del padre, sobre todo en los primeros meses, es primordialmente uno de apoyo y de cuidado de la madre para que ella pueda implementar el diseño natural de nutrir al niño al pecho. La relación del padre con los hijos mayores se hace aun más importante. Puede ser de gran ayuda para la madre que el padre se lleve a los hermanos mayores al parque o que les de su baño, etc. El padre también puede preparar la comida y ayudar con los quehaceres del hogar. Lo que se debe recordar es que la madre y el o la bebé necesitan estar cerca en forma continua. Esto puede resultar difícil para el padre durante los primeros meses. Realmente es un caso de recompensa postergada. Antes de que pase mucho tiempo, se vuelve evidente que este período de espera vale la pena cuando se cosechan los beneficios de ser el padre orgulloso de un bebé robusto que responde bellísimamente.

De: LLL Internacional

2 comentarios:

  1. ...si de verdad que es importante el vinculo con ambos padres, pero cuando el padre no se encuentra cerca de manera continua, como saber si estamos actuando justamente al permitir este contacto?....¿es bueno para nustros hijos ese vinculo intermitente con un padre casi ausente?
    quisiera creer que es positivamente bueno..pero que es lo que en realidad es bueno para nuestros hijos?

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  2. Otra forma que con la que los padres se pueden relacionar con sus bebés es por medio del masaje infantil, está comprobado que está milenaria técnica, favorece tremendamente el apego entre el bebé y la persona que realiza el masaje (padre o madre).

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