jueves, 22 de julio de 2010

ENTREVISTA A MICHEL ODENT



Para Michel Odent, prestigioso ginecólogo francés, la mujer es un mamífero y, como tal, sólo necesita dos cosas para parir: sentirse segura y no sentirse observada.

En muchas ocasiones, ha comentado que “falta amor en los nacimientos”. ¿A qué se refiere con esta afirmación?

Hoy en día, en todo el mundo, el número de mujeres que paren a sus bebés y a sus placentas gracias, exclusivamente, a la liberación del “cóctel de hormonas del amor” se acerca a cero. Debemos recordar que está comprobado que las hormonas producidas por una madre que da a luz influye en su comportamiento. La razón de esta nueva situación es evidente. En muchos lugares del mundo, la cesárea es, hoy por hoy, la forma más habitual de dar a luz. Asimismo, la mayoría de las mujeres que paren por vía vaginal necesitan sustitutos farmacológicos de las hormonas que no pueden producir fácilmente: oxitocina sintética para reemplazar a la natural, anestesia epidural para sustituir a las endorfinas, etc. Estos fármacos bloquean la producción de hormonas naturales. Además, la mayoría de las mujeres que todavía tienen un parto vaginal necesitan un fármaco para expulsar la placenta. Este fármaco bloquea la producción de un nivel elevado de oxitocina (hormona del amor) que una mujer debería producir después del nacimiento de su bebé.
Esta situación no tiene precedentes. Es como si las hormonas del amor hubiesen perdido su utilidad en el momento crucial del nacimiento. Nos deberíamos cuestionar esta situación en términos de civilización.



¿De qué manera deberían cambiar, entonces, los partos? ¿Es necesario reducir la medicalización de los nacimientos?

El objetivo primordial debería basarse en redescubrir las necesidades primarias de las mujeres en el momento de parir. La reducción de medicalización sería la consecuencia de una mayor comprensión de los momentos fisiológicos.

Según su opinión, ¿cuáles son esas necesidades de la mamá en el momento del parto?

Cuando está pariendo, la mujer necesita sentirse segura y no sentirse observada, así como estar en un lugar lo suficientemente cálido.

¿Qué condiciones ambientales debe haber para que una mujer dé a luz de una manera fisiológica?

Tras haber tratado con partos durante más de medio siglo en centros hospitalarios de Francia y del Reino Unido, puedo asegurar que el mejor ambiente que conozco para un nacimiento tranquilo se crea cuando no hay nadie alrededor de la parturienta, aparte de una matrona silenciosa, experimentada y madura.

¿Se podría decir que si la mujer pare por sus propios medios el vínculo madre-hijo aumenta?

Si la madre da a luz por sus propios medios, durante la hora que sigue al nacimiento, la mamá y el bebé se encuentran en un equilibrio hormonal especial, que nunca volverá a producirse. Todas las hormonas que la madre y el bebé producen tienen un papel fundamental respecto a su interacción. Si se perturba este período crucial, los efectos se notan inmediatamente en el caso de los mamíferos no humanos (la madre no muestra interés por el cachorro). En los seres humanos, que cuentan con un patrimonio cultural, los efectos no se detectan de inmediato a nivel individual.

¿Por qué no es partidario de la presencia del padre en el parto?

No estoy a favor de las doctrinas, los dogmas y las teorías. El dogma de la participación del padre en el nacimiento del bebé se originó durante la segunda mitad del siglo XX, cuando el nacimiento del niño se “industrializó”.

¿Qué les diría a todas esas mamás que han optado por un parto medicalizado con anestesia?

A fin de cuentas, estas mujeres no sufren un nivel más elevado de intervención que las que optan por el denominado “nacimiento natural”. Siempre es mejor no tener guiones preconcebidos sobre cómo será el nacimiento de un niño, así como mantener abiertas todas las posibilidades.

Y en cuanto a las necesidades del bebé, ¿por qué es tan importante que no se separe al bebé de la madre en la primera hora de vida?

¿No resulta extraño que tengamos que referirnos a datos científicos para explicar que un recién nacido necesita a su madre?

¿Qué les diría a las futuras mamás para el momento de afrontar su parto?

Les explicaría el significado de la palabra “intimidad” (no sentirse observada).

Son muchos los casos de las mujeres que sufren la llamada depresión postparto. Sufrir o no esta mini depresión ¿tiene que ver con la experiencia en el parto?

Desde que me retire de la práctica hospitalaria, sólo tengo referencias del parto en casa. Probablemente, por esta razón, no me siento en disposición de poder hablar sobre la depresión postparto.

3 comentarios:

  1. El parto es el inicio de un universo que se viene lleno de nuevas cosechas, por lo tanto un parto tranquilo lleno de caricias, de besos y de amor será seguro un momento divino y hermoso, si la compañía es adecuada y si se respeta todo lo que la parturienta comunica podrá sin duda tolerar el dolor y podrá vivir el trance del mágico parto en paz y sabiduría.
    El entorno en que se debe parir debe ser SIEMPRE un lugar seguro y tranquilo libre de violencia ya que es la única forma de proteger realmente a la cría y a la madre ,como La mayoría de los animales mamíferos paren en la noche para cuidar a sus crías de los depredadores.

    RECUPEREMOS EL PARTO!!

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  2. me llama la atención que no apoya la participación del parte en el parto, en la oms recomiendan que haya compañía del conyugue o alguien de condfianza de la madre. Michel odent opina q con la presencia de la matrona o partera es suficiente.
    Quisisera saber su opinión al respecto. Trabajo en una institución donde estamos luchando para que permitan la participación de alguien de confianza como compañía de la madre durante el trabajo de parto y nos gusta estar bien documentados.
    Abrazos.

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  3. Así es. Michel Odent tiene algunas posturas bastante radicales que de hecho replantean la llamada "humanización del parto." De acuerdo a sus ideas e investigación de la mujer mamifera, ella puede parir y pare mejor con la menor interrupción posible. Es decir la partera/matrona solo observa desde lejos y a la madre se le permite llevar a cabo su proceso de manera natural y sin sentirse observada. Esa es, desde su perspectiva y que comparto, la verdadera revolución y desafío del parto actual. De ahí, a decir que el padre no deba o pueda estar, no creo, yo creo y valoro a toda persona que acompaña a una mujer y que se prepara para estar ahi, dejándo a un lado sus propios miedos y protagonismos para realmente y de forma desinteresada apoyar a una madre. La confianza es fundamental, pero debe haber orientación para que las personas que participen puedan colaborar positivamente del proceso.

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